viernes, agosto 26, 2005

Goin' back to the 80's (We're goin' to party like's it's 1999)

Hace semanas que he estado con cargo de conciencia acerca de la inminente reunión de ex-compañeros de liceo. Este año es un hito, dado que (glup!) se cumplen 20 años desde que salimos del otrora ilustre Darío Salas, ubicado en Avenida España. Si, ríanse no mas, son veinte años pero de repente me parece que fueran muchos menos. Tengo compañeros que ya tienen hijos e hijas adolescentes como así también un lote grande de solteros. Signo de los tiempos.

Mi querido amigo Juan Carlos "Canito" Ruz me contactó hace meses atrás, junto con una gran amiga, Ángela Rocha, con el fin de armar algo significativo. No solo una reunión en alguna fuente de sodas a tomarnos un par de cervezas, panorama que no me hace ninguna gracia. Encontré genial que su idea principal era no hacer un encuentro onda película de treintones ochenteros gringos en donde están en un gimnasio escuchando música tocada malamente por algún grupo que hace covers de artistas de la década plástica, o en la mas onda “Romy y Michelle: La Reunión de Secundaria”, una película en donde se ven plasmadas el absurdo de las peleas que uno tenia cuando era pendex y la idiotez rayana en la soberbia del creerse mejor que el resto.

Desgraciadamente el día en que se juntaron para la reunión de coordinación me llegó un trabajo urgente (de esos en que estai hasta la hora del loly -5am-) y te tenís que levantar igual a las 7.30 después para ir a la pega estable. Pero de algún modo me pondré al día con lo que armen, y que el día que nos juntemos será sagrado para ir a encontrarme con ellos.

Varias veces me imaginé una reunión en donde los más pernos del curso pululan en las más variadas actitudes, poniéndote sonrisitas e igual tratando de tirar la talla desubicada. Igual no pesco. A las reuniones que he ido ha sido por verme con la gente que vale la pena, para recordar las cosas que realmente extraño: Mis amigas Maria Elena y Mireya. Carmen y nuestras bailoteadas a todo “Walk Right Now” de los Jacksons. Esas risotadas de niña de Paquita. Mi gran amigo que lo tengo botao hace tanto tiempo, Walter. Las feroces caminatas de vuelta a casa con el Quiji. Cada nueva edición de “Me lo dijo la Charo”. José, Roberto y el Vicho cantando canciones de The Beatles. Varias veces me he reído solo acordándome, muy en buena, de la Tía Beny, de Madame Popó, de Matute, de cómo en el curso éramos cómplices en las cosas mas absurdas, pero sobre todo doy gracias a que nuestro grupo, lleno de diferencias, nunca se vio involucrado cosas malas, sino ocupó su energía en disfrutar la vida y los malos ratos solo fueron eso, ratos.

Que fui perno en mi adolescencia, si. Lo admito. Fui nerd a rajatabla, pero también traté de ser buen amigo. Algunas veces sobre protector, pero nunca en mala. Fui un tipo que llegó en 2º Medio e igual se hizo parte de un grupo súper diverso, en una ciudad diametralmente opuesta a Villa Alemana, donde viví toda mi infancia. Lo que agradezco es que muchos de ellos me aceptaron como parte de su clan, y que reímos y lloramos por las mismas cosas.

Se que lo que logren coordinar para reunirnos, sea un asado o un paseo de fin de semana, será entretenido en muchos aspectos, mas que nada porque ha nacido de ellos el juntarse.

No faltarán las preguntas huevonas: “Y aún no te hay casado?”, pregunta de rigor que ya ni mis tías me hacen. Pero es así la cosa. Mis compañeros de curso se reúnen y todos merecemos tratar de revivir una etapa de nuestras vidas en donde yo si creo, fue importante. Y el que se aburra, se choree o se ponga huevón (o huevona) se viste, y se va.

Domo arigato, Mister Roboto.

2 comentarios:

Jorge Jorquera dijo...

jajaj yo estoy en las mismas con mis compañeros de colegio!

Vea mi blog y el logo del "MBB" (Manuel Barros Borgoño) :P

Andres Palma dijo...

y qué pasó que no hubo más actualizaciones????