lunes, agosto 25, 2008

Dame diez

Otro bache en el blog. Que falta de continuidad, pero mejor así. Más cosas para contar. Ya no me estreso. El cuerpo ya me paso la cuenta con el stress. Más sobre eso más adelante.


Y me fui de El Bosque, y regresé a mis terruños en Ñuñoa. Lo que son las cosas. Después de tanto escarbar por Providencia, Las Condes, Vitacura y otros lares. Volvemos a lo mismo. Y esta rebonito el departamento. Con una vista que hace pensar dos veces en explotar comercialmente los balcones para los próximos recitales, incluyendo el de la diva del pop que se nos viene con tutti en diciembre, el día después de mi cumpleaños 41. Ella cumplió recién 50 así que me siento como un baby.


En este momento me estoy haciendo una pausa de haber estado leseando con maquetas de sitios Web que estoy haciendo. DOSIS, mi empresa de diseño gráfico, multimedial y web ya extendió su segunda factura. Platita poca pero segura, príncipe. La cosa es que lo de Chilecompra/Mercado Publico ha salido, por decirlo, un poco enredado. Más que moño de vieja para ser honesto. Pero ya están viéndose cosas. De hecho tengo que hacer mi revisión del día.


Se nos viene la primavera, quizá extrañe los cantos de los pajaritos en el departamento anterior, que en algún momento llegaban a molestar, pero en El Bosque hubiéramos tenido que invertir mucho en arreglos para que la casa quedara como a nosotros nos gusta. Y entre eso y un departamento cero millas de paquete, no hay donde perderse. Lo que si se nota es el cambio entre un tercer piso y un quinceavo piso. La vista que tengo es estupenda, y eso que no veo los hitos típicos que la gente busca, como el Cerro San Cristóbal, el Celular Gigante, El Cerro Manquehue o que se yo, la cordillera tirando hacia Lo Barnechea. Mi estudio ahora enfoca hacia el Cajón del Maipo, Macul y La Reina. Hermoso. Y como dije el plus de ver a 5 cuadras el Estadio Nacional, máximo coliseo deportivo de nuestro país, dijera don Julio Martínez. Ya hemos visto que cuando hay partido el ruido no molesta. Increíble pero cierto.


Y nos cambiamos, con dos tercios de las cosas que teníamos, que ya eran muchas, tras una concienzuda y brutal limpieza de primavera adelantada. Regalamos, botamos, vendimos, reciclamos. Gordas y gordas, como dice Palma.


Que manera de botar h…


Y el shock del siglo: el departamento donde estuvimos viviendo casi 3 años terminó siendo de una de las mejores amiga de mi hermana en la Universidad. Cuando hablábamos de “la dueña del departamento” siempre se hablaba en abstracto, y como no había escuchado mas que su nombre de pila, zuácate, el día que entregamos las llaves nos encontramos con los papas y la hermana de esta niña, a quienes yo no veía hacia por lo menos 10 años, y con mayor razón a la misteriosa dueña, porque anda haciendo un postgrado en Londres.


El mundo es un puto pañuelo. Como bien dice mi mamá: Uno no puede portarse mal en este país porque todos se conocen.


El que lógicamente se vino con nosotros fue Nekito. Próximo a cumplir 10 años, que en años-gato son una punta, como 80 años-humano, una brutalidad, por lo que Palma decidió mandarlo a su revisión de los 100.000 kilómetros. Estaba vomitando muy seguido y creíamos que podía estarse intoxicando porque le dio por comerse las plantas, en la más Grace Jones. Este Nekito.


Igual tenían que verle una gingivitis caballa de grande así que visitó su propia Clínica Mayo. Lo mandamos a la veterinaria a una suerte de “sleepover” para que se quedase esa noche allá para que le hicieran exámenes y todo eso, aprovechando el día en que nos cambiábamos. Igual el pobre se estresa con las mudanzas (ha estado en tres contando esta) y le deja todo tomado. Lo único que pide después es sol y spa. Así que le sirvió para cambiar de aire.


Lo malo vino después. Los resultados de sus exámenes no fueron muy alentadores. Mi gatito tiene leucemia, falla renal crónica y otros males reservados. La vida loca que le dicen. Si se lo carreteo todo. Al año de vida, cuando vivíamos en Avenida España, se saco la cresta al seguirme al trabajo, siendo atropellado heavy metal. Se fracturo la mandíbula y anduvo onda Marilyn Manson con alambres y cosas así. Luego cuando nos cambiamos a Carmen Covarrubias se fue en onda patotero, con largas juergas de sexo, whisky y rock and roll. Aprovechando que vivíamos en un primer piso, y que entraba y salía a la hora que se le antojaba, tenía regada su carga genética por todo el sector y hasta traía amigotes (y “pussycats”) a comer a la casa. Mish.


Hasta que la doctor a de cabecera de Nekito Agustín le dijo “Para tu escándalo”. Y le cortaron el futuro a mi cuchito. Y aunque había un par de cosas faltantes en su anatomía, le siguió dando duro a su archienemigo, archinémesis y azote (por si no te quedo claro): El villanísimo Gato Naranjo. Eran peleas épicas. Lo de la pérdida de ganas de salir, las huinchas, continuaron intactas.


De tantas roscas y grescas, ¡zuácate! Le regalaron todos los males anteriores vía saliva y mordiscos, etc. Gracias a Dios ninguno transmisible al ser humano individual del hombre. Ahora esta con dieta estricta, vitaminas, y hasta Interferón. Pero el esta bien. Ha ganado varios kilos y su ánimo, aunque somnoliento, ha mejorado su estado de salud.


Así que aquí estamos. Harta pega arreglando la casa como uno le gusta, lo que a mi honestamente me entretiene ene, porque me plantea el desafío de inventar cosas que hacer. Sigo postulando a una pega estable, una de ellas espero que salga, tendría mi trabajo a 5 cuadras de distancia. DOSIS seguirá creciendo. Yo contento por seguir tan bien acompañado en todo sentido, y más aun por estar ahora mucho más cerca de mi familia, de mis papás a los que quiero cada día más y de mi hermana y su familia. A tres cuadras de mis viejos y a tres cuadras de mi hermanita.


Hay harto por que dar gracias estos días. Yo ya perdí un poco la costumbre de pedir y más estoy haciéndome el hábito de agradecer por lo que tengo, y si hay que pedir por cosas buenas, dame diez. No para mi, sino una para cada uno de los que tengo mas cerca.

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