miércoles, marzo 14, 2007

Los malos si ganan

Estoy viendo uno de mis placeres culpables, el reality militar de la tele.

Lo que me he percatado este último tiempo es cuanto son reflejo de distintas cosas, quizás aumentado por la brecha generacional que tengo con sus participantes, la mayoría en el rango de los 18 a los 24 años.

En esta edición la perdedora es lejos un objeto de mi mas visceral repudio, la recluta "P". Una niñita que pinta para vieja de mierda (que conste que dije maldita, y no cité a la señora Julia). Porque si ahora es una mina winner, una manipuladora que es capaz de torcer a destajo su entorno para hacerse ver como la quintesencial mártir, la pobrecita niñita que no mata una mosca pero en general es capaz de inyectarle veneno a la gente sin que esta llegue a percatarse... uf, ya me imagino cuando tenga 40 o 50 años. Va derechito a las top ten de las minas malditas.

En general me ha gustado este reality, que agarre de a poco, como alternativa a mis series que por las vacaciones perdí (y espero retomar tras sendas maratones en DVD). Este programa ha sido el segundo reality que he visto casi completo, porque el resto bueno, no valía mucho la pena. Y en general me ha gustado mucho darme cuenta como interactúan los cabros de esa edad, ya que uno va perdiendo contacto porque uno tiende a juntarse más con gente contemporánea. Los cabros de ahora son mucho más verborréicos, abiertos y más llenos de argumentos que en mi generación (digamos de los tiempos de mi liceo y mi enseñanza profesional). Pero siempre me llama la atención esa repetición de modelos, el niño líder súper frio pero cuidador de su manada, los eternos pololos, el gordito buena onda y esforzado que busca aceptación, las minas esforzadas a concho, el minito que apenas sabe hablar pero banca toda sus apuestas en su buena pinta, el sabelotodo que busca y busca y no lo pesca nadie mas que para usarlo.

Pero el caso de esta mina es todo un caso de estudio. Es material de análisis, pero también dejare algo para el final, porque también me da un poco de recelo y tengo mis propias y muy personales conclusiones.

Acabo de verla perder, tras una prueba en la que, incluso antes de que llegara su prueba de esfuerzo final, ya se estaba quejando. Durante todos estos meses de participación fue un constante lloriqueo, una queja eterna, una arriscada de nariz interminable ante cada situación, y cuando no lo demostró frente a los que debió quejarse, se armó de su patentada carita de “ay si yo tengo la razon, es esta verdad de mi universo paralelo donde yo soy la dueña de la verdad todos son malos, me quieren hacer daño y soy un pan de Dios. Yo no se que tienen contra mi. Me tienen envidia, yo nunca hago nada. Ay”.

Que raro, yo lo único que vi de esta mina fue que usaba y abusaba de sus lacayos a voluntad, y se hacía ver tan frágil, tan esforzada, tan llena de ella.

La mina es una manipuladora de tomo y lomo. Y además es tan maldita que en un dos por tres es capaz de darles vuelta la espalda, echando por tierra toda la confianza que les ofrecen sus pobres lacayos, que quedan llorando o simplemente echando de menos a la abeja reina. Lo que mas da rabia es que sea glorificado este nivel de abuso.

Es como en la vida real, en todo caso. En el colegio se nos enseñan tantas cosas pero te das cuenta que hay valores mamones que a la larga no te van a servir de mucho y que a la larga tendrás que vender todo eso o si no te perderás en un mar de almas, o citando a una antigua canción, serás parte de los que sobran.

Asi es como a los cabros se les enseña a ser. Los padres les dicen “Mijito(a), usted es asi, auténtico, siga asi, si usted es tan original. Siempre. Desde que le pegaba en la cara a la nana con la mamadera de vidrio o salía a jugar con el rifle de postones del abuelito a practicar al tiro con los pobres perritos vagos de la cuadra, o cuando le contestaba con groserías a su maestra después de quitarle el puesto a sus compañeritos de curso. Mijito(a) estoy tan orgullosa. Si usted es tan buen(a) hijo(a). Siga asi, si esta bien lo que hace”.

Lo más triste es que la mina en cuestión es vista de una manera tan especial por el público. ¿La verán como un ídolo? Flor de modelo de rol. Pero ahora que lo pienso hay tanta gente que altera la realidad de una manera que le permite llegar a ciertas posiciones de control. Gente que soba lomos. Gente que sabe donde y con quien. ¿Inteligencia emocional? Tal vez. Pero igual es inquietante. Yo no estoy en contra de la gente que tenga mas chispa, que sea mas viva que yo, pero en mi opinión no se suplen capacidades ni valores por estrategias de control ni mucho menos esta nueva generación de brujas malditas, por no decir un epíteto del calibre adecuado.

Dejare hasta aquí esta revisión, pero dejo tirada la pelota para complementar el articulo mas tarde.

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